Es de considerar que las salidas pedagógicas en el proceso de aprendizaje son muy importantes.
El contacto con la naturaleza mejora la salud, la capacidad de atención, el desarrollo motor y cognitivo, la autonomía, la seguridad, la adquisición de los valores y sano esparcimiento de los niños y las niñas en la edad escolar.
La salida a la batea propició en los niños (as), padres de familia y docentes el disfrute del paisaje, una buena integración y salir del espacio escolar consiguiendo así dejar un poco la rutina.
El contacto con la naturaleza resulta fundamental en los primeros años de vida, cuando el niño está construyendo su armazón neuronal.
“A esas edades el niño no tiene arquetipos ni esquemas mentales adquiridos y la naturaleza es un espacio ideal para estimular su mirada, para que se haga preguntas, para que aprenda a caer y a levantarse, a superar obstáculos y enfrentar sus miedos, a asumir la autonomía y hallar seguridad”
Resume: Mari Luz Díaz psicóloga y presidenta de la red onda. 
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